En el Perú, muchas empresas enfrentan fiscalizaciones de SUNAT con temor, incertidumbre y, lamentablemente, desorden. No es raro que recién cuando llega una carta inductiva o una notificación electrónica, se busque ayuda profesional.
Pero la defensa no comienza con una sanción. Comienza con la prevención.

La fiscalización no es un castigo. Es un procedimiento. Y como todo procedimiento, se puede enfrentar con serenidad, si se está preparado. El problema es que en nuestro entorno empresarial, aún persiste la informalidad, la improvisación contable, la tercerización sin control y una idea equivocada: que el cumplimiento tributario es solo una carga, no una ventaja.

En ALFARO & ASOCIADOS CONSULTING S.A.C., hemos defendido con éxito a empresas de todos los tamaños ante SUNAT, el Tribunal Fiscal e incluso el Poder Judicial.
Pero lo que verdaderamente diferencia a una empresa que sale airosa de una fiscalización, de una que termina embargada, no es su tamaño ni sus ingresos: es su capacidad de documentar, sustentar y anticipar riesgos.

Contar con auditorías periódicas, tener informes de sustento, validar a los proveedores, implementar sistemas ISO, y capacitar a los responsables del área contable, no son lujos: son escudos que protegen el patrimonio, la reputación y la continuidad operativa.

Hoy más que nunca, con la digitalización de los procesos tributarios, la fiscalización electrónica está a un clic de distancia. Y si una empresa no está lista, puede ser vulnerada, no por mala intención, sino por falta de estrategia.

¿La solución? No improvises tu defensa. Organiza tu cumplimiento.
Porque una empresa bien auditada, bien asesorada y bien documentada, no necesita temer a SUNAT. Está lista para responder con hechos, no con excusas.